Reflexiones en torno al arte II
En el mango de un cuchillo sajón se leen para el experto, los lasos mercantiles y bélicos que mantenían con Europa, la maestría de sus artesanos, las prioridades de un pueblo; se esconden en él múltiples datos de su contexto. Pero el desciframiento lo llevan a cabo solo ojos humanos, porque en su estructura, el objeto es solo la transformación de la materia prima.
La materia se transforma constantemente, solo algunos de estos cambios son perceptibles para el hombre y algunos pocos de ellos, son capases de captar su atención por su estética. La manera en que se desgastan y forman las rocas, crecen los árboles o se acumulan las partículas de agua para conformar las nubes puede ser tan o más hermoso, sublime y estético que el arte humano.
Para que el arte se conforme, tiene que intervenir la objetividad, subjetividad, técnica y practica de ser humano. Se puede generalizar señalando que lo que separa lo que por sí mismo es bello, del arte, es la conciencia.
Todo ejemplo de belleza de la naturaleza es inconsciente, se da por una serie de factores que impulsan un
resultado específico. Pero el ser humano tiene la capacidad de discernir entre los factores que experimenta, para después transformar de forma subjetiva la materia y entonces, llamarla una obra artística. Eh ahí el gran factor que permite diferir entre una transformación fortuita y una transformación artística.
Por otro lado, es obvia la insistencia hasta ahora del uso la palabra transformar para referirse a la práctica artística. No se implementó el acostumbrado crear por una razón, oculta en una pregunta muy simple ¿Es el ser humano realmente capaz de crear algo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario